'Puertas de oro', de José María Álvarez, en ABC Cultural


  • 17 oct. 2020
  • ABC Cultural
  • POR CARLOS AGANZO

PUERTAS DE ORO EN EL CAMINO DE LA BELLEZA

«Puertas de oro» es el título de la antología que Ars Poética edita de la obra de José María Álvarez. Un mapa para viajar por su enriquecedor mundo litera-

Tratar de seguir los pasos literarios de José María Álvarez (Cartagena, 1942) significa, de manera inevitable, terminar perdiéndose. Perdiéndose en la vida y en la obra de un hombre que, antes que un escritor, parece una literatura. Una literatura que va de su corazón a sus asuntos, es decir: que asume con la misma intensidad las vibraciones personales que las del mundo que le rodea, así como las de los autores que traduce, con los que convive o con los que trata. Llámense Kavafis, Hölderlin o Villon. O sus conversadores auxiliares, Csaba Csuday y Alfredo Rodríguez. Si alguien ha conseguido en nuestro tiempo convertir la conversación no en un recurso, sino más bien en un género, ése es José María Álvarez.

ABCEntre la poesía y el pensamiento, la obra de José María Álvarez

LA IMAGEN COMÚN tiende a reducir a Álvarez a su condición de uno de los tres dioses que conforman, junto a Vázquez Montalbán y Martínez Sarrión, la tríada capitolina fundacional de los Novísimos. El último movimiento poético que alcanzó de pleno derecho los programas académicos de la enseñanza secundaria, antes de la dispersión. Tres adelantados que se fundieron con el resto de los propuestos por Castellet en su célebre antología de 1970: Azúa, Gimferrer, Molina Foix, Carnero, Moix y Panero. Y enseguida con las décimas musas de este momento simpar en la poesía española, en el que se consignan nombres como los de Colinas, Jenaro Talens, Luis Alberto Cuenca, Villena o Jaime Siles. Y alguno más. Pero lo cierto es que desde su exilio de París, su refugio cartaginés de Villa Gracia o desde cualquiera de los lugares elegidos por él para itinerario viajero, el escritor ha ido construyendo un universo, entre la poesía, el pensamiento y la crítica cultural, que excede con esta catalogación.

Para caminar sin excesivo desasosiego por su obra ingente, existe una senda más o menos segura. Incorporarse a la última de las ediciones de su «único» libro de poemas, Museo de cera (a saber, de 1974, 1976, 1979, 1983, 1989, 1992, 2002 y 2016). Pero tal vez en este tiempo de silencio conviene hacerlo también alrededor de alguna de sus últimas propuestas. La penúltima llegó el año pasado bajo la forma de ensayo en el libro La insoportable levedad de la libertad, un opúsculo tan intenso como descorazonador que concentra algunos de sus discursos e intervenciones en diferentes universidades. Y que cobra plena actualidad en estos días. La más reciente acaba de aparecer, en forma de antología con estudio previo, de la mano de Ars Poética, y lleva por título Puertas de oro.

LA ANTOLOGÍA, CONCEBIDA como «una colección de instantáneas o de momentos» es, ciertamente, una selección fragmentaria de la poesía de Álvarez. Lo que ni impide que el seleccionador pretenda construir, a partir de esos fragmentos, algo así como «un mapa, una constelación del mundo literario» del escritor. El estudio previo, que adopta la forma de un largo prólogo en cuatro partes, constituye en sí mismo un pequeño ensayo sobre el valor de la obra del antologado. No en vano el editor y compilador es el poeta navarro Alfredo Rodríguez, contraparte, a lo largo de muchos años, de un ambicioso proyecto de conversaciones con José María Álvarez. Una aventura intelectual cuajada finalmente en tres tomos publicados por Renacimiento entre 2014 y 2018. Conversaciones, éstas, que también podrían servirnos de brújula para orientarnos en el sentido profundo y unitario de su obra, tan diversa en la forma como coherente en el fondo. Un fondo cultural de raíz profundamente hispánica, pero vuelo inequívocamente europeo. Y resonancia universal.


Alfredo Rodríguez y José María Álvarez en el estudio del poeta en Villa Gracia en 2013


A MODO DE LAZARILLO intelectual, Alfredo Rodríguez vuelve a ofrecernos el perfil sólido y personal de un «poeta verdadero» que tiene difícil comparación con ninguno de aquellos otros novísimos que iniciaron, en los años setenta, una renovación profunda de la poesía española. Un poeta en el que la ética y la estética, sobre el telón de fondo de la cultura, pugnan por ocupar el lugar que les corresponde en el misterio de la creación literaria. En la carrera de obstáculos hacia un único objetivo: la búsqueda de la belleza. Lo que Juan de la Cruz llamaría «dar a la caza alcance». Un espíritu que acaso se alcanza en plenitud en el último poema de esta antología, «Magnanimun heroum». Que bien podría llevarse en el bolsillo, a modo de salvoconducto, en estos tiempos de decadencia y de desestimiento. Y que se expresa en connivencia plena con aquellas palabras míticas del diario de Bach: «Todo en su vida se había hundido. Mas/ él escribe:/ Señor/ haz que no me abandone la alegría». Hasta aquí el último paso. Que no ha de ser el último, ni mucho menos.

 
Puertas de oro, Itinerario poético, ed. Ars Poetica 2020


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